Durante los tres meses que estuve en Camboya en mi anterior estancia siempre pensé que no había cambios estacionales por estas tierras. El verano iba pasando (llegué en julio) y tenía que mirar el calendario varias veces para darme cuenta de que septiembre llegaba a su fin: no hubo cambio de color en las hojas de ningún árbol, los días no eran más frescos, ¡ni siquiera anochecía antes! ¿Cómo podía ser consciente de que en Europa llegaba el otoño? Es cierto que llovía algo más que en los dos meses anteriores (las trombas de agua duraban una hora más) pero, al fin y al cabo, es lo que se espera de septiembre, ¿no?
Sin embargo, al regresar a Phnom Penh, me he percatado de algunos cambios alrededor.
El primero de ellos fue la luz. Nada más aterrizar, a las 9 de la mañana, y durante el trayecto entre el aeropuerto y mi casa, veía las calles, las motos, el polvo, la gente, los kromas... cubiertos por una luz distinta, y un cielo más despejado de lo habitual en los meses previos. Es difícil describirlo, pero era (ahora ya no lo percibo) una luz más anaranjada, como de atardecer temprano.
Ya instalada en casa (mi casa, la misma que dejé en septiembre), he podido comprobar estas semanas cómo el sol se adentra mucho más en la terraza que antes; es decir, que la luz incide de manera más oblicua, lo que se traduce en que ahora todo el suelo de la terraza quema hasta las 7 de la tarde, o más, si el día es especialmente caluroso. Y también resulta que anochece -todavía- antes: a las 6 de la tarde Camboya se queda a oscuras. ¡Menos mal que mi calle tiene farolas!
El segundo de los cambios tiene que ver con los edificios. Me refiero a los que se ven desde mi casa porque son en los que más me fijo, pero esta apreciación es extensible a toda la ciudad. Los edificios han crecido más de un par de pisos desde que me fui, léase un mes y medio: ahora veo muchos de ellos claramente asomarse por detrás de los de mis vecinos, especialmente por la noche, porque encienden unos focos potentísimos para seguir trabajando a oscuras (y con la fresca si el día lo permite).
Es impresionante ver cómo en tan sólo 6 semanas la casa que estaban construyendo en la 57 está terminada y pintada todo el exterior. O ver cómo las torres de Norodom han crecido por encima del palacio de la esquina y, despistada que es una, darse cuenta de que no son tres, sino cuatro las que están levantando. Por no hablar de esa magnífica torre en Sihanouk Blvd. que, palabras camboyanas, va a tener 40 pisos y cuyos focos de trabajo nocturno ya se cuelan en mi habitación para alumbrarme las noches. Impresionante. Pero sin duda lo más llamativo de este auge urbanístico es la desecación del lago Boueng Kak, el más grande de la ciudad, para vender el suelo a empresas constructoras.
Si el cambio de la luz se debe a la posición actual de la Tierra respecto al Sol, esto de la construcción, por doquier y a velocidades de vértigo, debe de ser producto de eso que llaman desarrollo. No quiero ni pensar cómo va a ser de bonita esta ciudad cuando acabe de desarrollarse.
UNA CARTA Y UNA PLACA.
Hace 12 años
Hola guapísima, me alegro mucho de leerte y ver que estas bien. He leído un poco tus andanzas y me parecen cuando menos curiosas; a partir de ahora seguiré tus andanzas por las Camboyas un besin y a seguir bien.
ResponderEliminarJorge!!! qué ilu!!! Que bien, no sabes qué alegría me da que me leas, y cómo te agradezco que me dejes comentarios!!!! je je je... Qué tal todo por allí? Espero que muy bien, y que no dejes la farándula, por dios...
ResponderEliminarmuak!!
bonita descripcion de lo que entra por tus ojos y como tu mente lo interpreta.
ResponderEliminardanos mas de esa prosa,me encanta.
yo a lo mio.
ayer tarsicia volvio a casa con un conejo, pobre conejo!!!!
aqui la niebla ya esta reclamando su espacio,(anita lo pasa muy mal con la furgo y la niebla),
al sol lo vemos poco y al viento demasiado.
ya ha nacido el primer potro de la temporada.
es.... precioso.
los ratones siguen viviendo entre nosotros,
la despensa se ha convertido en su despensa.
nos hemos antenizado,y ahora la tdt controla nuestras vidas, bueno la mia la controla internet.
ya voy de cuevas sin monitores,es durillo, pero merece la pena, bueno para mi merece la pena.
espero poder llevar a ana pronto conmigo, solo hace falta que ella se anime.
no me enrollo mas que aqui la protagonista eres tu. un abrazo de oso
pepe
Pepe!!! mil gracias por el abrazo, no veas cómo se agradece!!! (porque llega hasta aquí, aunque parezca imposible).
ResponderEliminarEspero que Anita me lea... a ver si se manifiesta, que la echo de menos!!!
otro abrazo (de pulga, como yo)
Cambios, cambios y más cambios... pero cuándo nos vas a sorprender con esa absurda monotonía que a todos nos atormenta alguna vez??
ResponderEliminarAñoro hasta tus pinreles, así que agradezco la foto.
Besinhos nostálgicos.
Te escribi 4 letras y no se que hice y todo se borró. De ve ser la hora, que es la de dormir y soñar, pero es tan agradable este momento, esta calma, que lo alargo todo lo que puedo, aunque mañana al levantarme diré como siempre que esta noche me acostaré pronto...
ResponderEliminarMe gusta mucho lo que has escrito.
Sigue observando y disfrutando y siente también que todo evoluciona, cambia, se gira, igual que tu propia vida. Esa es la aventura, vivir y descubrir.
Espero que estés bien.
Besitos, Jesús
Pon fotitos de esos edificios que tienen ser chulos!!!!! Y ten cuidado con los focos. Duerme con bronceador (sólo con bronceador jajajaja)... Vic
ResponderEliminarVíctor, las oposiciones te están derritiendo el cerebro, opino... ja ja ja ja!!!! (con cariño, eh?) Muak!!!
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